Encuentro Nacional – Peru

Con alegría y entusiasmo esperamos este encuentro nacional del presente año. La razón primera porque conoceríamos y estudiaríamos la Historia de la Fundación del Instituto Secular Hijas  de Santa Ana, y entre otras razones porque nos encontraríamos todas las consagradas con las simpatizantes y en este clima de fraternidad compartiríamos por primera vez con nuestra co-hermana de Brasil: Rozilda de Amorim.

El encuentro se realizó del 05 al 08 de abril en la Parroquia de Fátima de Trujillo, participando las simpatizantes Yenny Quispe de Lima y Sandra León de Tumbes, Rozilda de Amorím, Bertha Polo, Marleni Quispe y Norma Lezama de la Localidad de Trujillo y Zoila Murga, nuestra invitada  en este Encuentro.

El tema central del Encuentro fue la Historia de la Fundación del Instituto Secular Hijas de Santa Ana, el cual ansiábamos conocer después de 25 años de caminar. A través de él conocimos cómo nació esta Obra de Dios y más de cerca cómo nuestra fundadora Fca Adalia se coloco como su humilde instrumento para escuchar su voz y acoger con todo su ser la voluntad del Señor. Su testimonio de una buena hija de Madre Rosa se refleja en su vida de oración intensa, también por su oferta diaria para llevar adelante esta Obra aún en las dificultades propias de este camino y por su empeño constante en realizar todo en comunión con la Familia Espiritual  así como con la  Santa Madre Iglesia.

Creer sin ver! Querer por sentir! Buscar porque Dios la llamaba a ir lejos!

Esto nos hizo percibir que vivir la dimensión  del trabajo profesional y ser consagrada en el mundo nos invita a testimoniar con la propia vida que podemos ser diferentes por amor a Dios. Es la meta de esta Sierva que el Señor la llamo un día y que donándose de tal forma no pensó en sí, sino que renunciando al trabajo se entregó a esta Obra para acompañar a los miembros de los diferentes países que iban surgiendo mediante el anuncio de la Hijas de Santa Ana Religiosas

Hoy nosotras nos sentimos comprometidas a la misión de esta pequeña Obra, que de hecho es de Dios y no podemos quedarnos sólo mirando y admirando, sino que somos invitadas a lanzarnos en este camino de anunciarla y hacerla crecer, que dependiendo de nuestro compromiso y entrega podemos tornarla grande y agradable a los ojos de Dios.

Deseamos terminar este relato con una frase de Madre Rosa: “Una sola cosa busque estudiar y perfeccionarme en esta materia: la voluntad de Dios! Procurando cumplirla ciegamente, en el perfecto abandono en El, como una esclava fiel a su amado Patrón.” (TC  pág. 324)

Rozilda de Amorim y Norma Lezama